Ganó el "No". Escocia no será un país independiente porque así lo quiso la mayoría. Pero algo está claro. El Reino Unido cambiará para siempre tras un verdadero terremoto político. Y los cambios serán profundos.
Los principales partidos británicos prometieron a Escocia mayores poderes, recursos y un proceso de transición "ultrarápido" que reverberará no sólo en otras partes del territorio británico, como Inglaterra o Gales, sino en toda Europa.
Además, los políticos tendrán que lidiar con el 46% de los escoceses que votó por el "Sí", poco más de 1.176.000 de personas que hoy se despiertan con la derrota.
Más poderes
Los líderes de los principales partidos británicos, David Cameron, Ed Miliband y Nick Clegg, publicaron en un diario escocés una promesa conjunta.
En el texto, los políticos se comprometen a conceder nuevos y extensos poderes al Parlamento escocés, incluyendo mayor autonomía en la recaudación de impuestos. También aseguran que se mantendrá la llamada fórmula de distribución Barnett, un polémico sistema de distribución de gasto público diseñado por el exministro de Economía Joel Barnett, en los años 70.
Básicamente, la fórmula asegura que Escocia con su menor población reciba suficientes recursos para el funcionamiento de sus servicios públicos y concede fondos per cápita 19% superiores a Inglaterra.
La gran pregunta que se hacen otras regiones británicas es: si Escocia tendrá ahora más autonomía para recaudar sus propios impuestos, ¿por qué debe seguir aplicándose esta fórmula? ¿por qué debe Escocia recibir recursos que pagan todos los británicos?
Otras regiones de Reino Unido como Gales también se preguntan por qué ellos no piden lo mismo.
El acuerdo de los tres líderes también habla de iniciar el proceso de cambio hacia mayores poderes el mismo 19 de septiembre.
Salud, la manzana de la discordia
La devolución de nuevos poderes a Escocia, referida en la prensa como "devo max", afecta a una institución en el corazón del debate, el Servicio Nacional de Salud británico o NHS.
La carta firmada por Cameron, Miliband y Clegg incluye una promesa categórica de que la última palabra sobre el dinero que se gaste en el Servicio de Salud en Escocia será del Parlamento escocés.
El compromiso es una respuesta directa a las críticas de Alex Salmond, ministro principal de Escocia, quien asegura que la independencia es la única forma de proteger los servicios de salud de los recortes impuestos desde Londres.
La victoria de Alex Salmond
Cara o cruz, "Sí" o "No", el líder del Partido Nacional de Escocia y principal impulsor de la independencia saldrá victorioso, según observadores.
Escocia obtendrá de una u otra forma más poderes, su principal objetivo desde hace años, y el movimiento nacionalista estará más fortalecido que nunca. El estatus quo en las relaciones entre Escocia y Londres será impensable.
Salmond criticó la promesa firmada por los líderes de los tres principales partidos señalando que "no se trata de 'devo max' y ni siquiera es 'devo plus', es un insulto a la inteligencia de la gente en Escocia".
Los jóvenes y el futuro
Muchos analistas aseguran que la política británica ha cambiado en forma irrevocable tras una campaña en la que se vieron escenas que pocos imaginaban: adolescentes de ambos bandos comprometidos con sus campañas que "crecieron" políticamente en pocas semanas y votantes que durante años ignoraron la política y ahora se han registrado en masa.
Unos 118.000 electores se apuntaron sólo en un mes y el porcentaje de votantes registrados para el referendo es superior al 90%. Más de cuatro millones de personas están registradas para concurrir a las urnas.
Y el resultado lo demuestra. La asistencia a las urnas fue de 84.42%.
Por primera vez podrán votar adolescentes a partir de los 16 años y algunos se preguntan si no debería suceder lo mismo en las elecciones generales previstas para 2015.
¿Y nosotros?
Las promesas a Escocia ya levantaron reacciones críticas en otras regiones británicas.
Christopher Chope, parlamentario conservador que representa al distrito de Christchurch, en el sur de Inglaterra, dijo que "si Escocia obtiene más poderes y recursos entonces es justo exigir que los parlamentarios escoceses no puedan votar en asuntos que afecten sólo a Inglaterra".
Actualmente los más de 50 parlamentarios escoceses en el Parlamento en Londres votan sobre asuntos de la Unión y muchos apoyaron, por ejemplo, el polémico aumento del costo de las matrículas en las universidades, una medida que sólo se aplica en Inglaterra y no en Escocia.
"Los votantes que represento me dicen, si los escoceses tendrán 'devo max', con recursos que pagamos todos, entonces es justo que sólo los ingleses voten sobre asuntos ingleses", dijo Chope.
John Redwood, parlamentario de Wokingham, Inglaterra, dijo por su parte: "Si algo es justo para Escocia, entonces también debe ofrecerse a las regiones en Inglaterra. No podemos aceptar que un parlamentario escocés vote sobre los impuestos en Inglaterra".
Voces similares se han escuchado en otras naciones del Reino Unido, como Gales e Irlanda del Norte. El ministro principal galés, Carwyn Jones, dijo que él también tenía una promesa de Ed Miliband de que habría más fondos para Gales si los laboristas ganan en los comicios de 2015.
En el resto de Europa
Aún con la victoria del "No" y el precedente de "devo max" para Escocia, llevará a otras regiones a pedir más autonomía, según observadores.
Los planes de austeridad por la crisis en Europa intensificaron los conflictos entre regiones pobres y regiones más ricas, que ven la independencia y la integración a la Unión Europea como una forma de escapar al sometimiento de gobiernos centrales.
Pero ya es difícil conseguir que los 28 países miembros ratifiquen tratados por unanimidad y hay seis países más en los Balcanes que buscan sumarse al bloque.
"La multiplicación de nuevos países forzará a la Unión Europea a cambiar la forma en que los estados están representados", dijo a la agencia EFE Nicolas Levrat, del Instituto de Estudios Globales de la Universidad de Ginebra.
"Lo que comenzó con seis paíes más o menos funciona para 28, pero definitivamente no funcionará para cien".
Lo que ocurra en Escocia también es seguido con interés fuera de Europa. Líderes de una asociación independentista de Okinawa, en el sur de Japón, viajaron a Escocia para "aprender" del proceso independentista con vistas a poner marcha una iniciativa similar en el archipiélago.