El primer cartel apareció en un supermercado de Sicilia, donde se invitaba a no entregar dinero a los gitanos porque así ganaban unos 80 euros diarios sin impuestos


Después del primer caso en un supermercado de Catania (Sicilia,Italia), se extiende como una mancha de aceite la protesta de comerciantes contra los gitanos o mendigos que piden limosna a las puertas de sus negocios. Así, ante el supermercado Conad deFerrara (Emilia Romagna), ciudad de 134.000 habitantes, se ha colocado una pizarra en la que la dirección da un parecido mensaje al del cartel aparecido en Catania:
«Se invita a los clientes a no dar limosna a los mendigos delante del negocio», «su mendicidad les permite recoger entre 60 y 100 euros al día», es decir, «lo mismo que un obrero especializado italiano». Y concluye que se trata de una cifra «neta, sin impuestos».

En otros lugares los carteles son más escuetos y sin lenguaje áspero. Es el caso de un gran negocio de Perdoneno (Friuli-Venezia Giulia), ciudad de 52.000 habitantes, donde en un cartel colocado en la puerta «se ruega a los clientes a no dar dinero a los mendigos». El titular del negocio Center Casa, Ferdinando Pessot, afirma que la invitación a no dar limosna ha tenido su efecto: «El número de mendigos ha disminuido. Pero se trata de una lucha perdida en principio. Ahora, en lugar de cuatro, llegan dos. Yo llamo a la policía municipal y los mendigos se marchan, pero luego vuelven como si nada hubiera ocurrido». Pessot añade que su decisión ha sido adoptada después de que muchos clientes se hubieran quejado, «cansados de tener que soportar las peticiones, a menudo molestas, de los mendigos apostados frente a la puerta del negocio».
«No deis limosna a los gitanos. Ganan 80 euros al día». De inmediato levantó gran polémica esta advertencia escrita en un cartel en la puerta de un supermercado de Catania, en la plaza Cavour, según cuenta el diario «La Sicilia». El cartel levantó ampollas en la comunidad gitana. Textualmente, este es el escrito: «La dirección del supermercado invita a sus clientes a no dar limosna a los gitanos delante de la puerta. Su mendicidad les permite ganar entre 60 y 80 euros, una cantidad de dinero que un obrero especializado italiano no logra ganar, considerando que se trata de un importe neto sin impuestos. Os damos las gracias por la colaboración».
La decisión del supermercado ha suscitado un gran debate y polémica entre los clientes, con opiniones que se dividen entre las exigencias de lacaridad y solidaridad con los más desfavorecidos, por un lado, y las necesidades de seguridad, por otro.

Protesta gitana

Al mismo tiempo, la comunidad nacional gitana de Italia ha pedido en un comunicado «la eliminación inmediata del cartel que incita al odio racial contra la etnia gitana», porque es «altamente dañino a la dignidad humana». La asociación pide también «la apertura de una investigación de la oficina nacional contra la discriminación racial». Concluye el comunicado de la asociación que «la pobreza en la que viven las familias de raza gitana es el fruto de precisas y determinadas voluntades político-institucionales de las clases dirigentes que han gobernado el país en los últimos 20 años. En Italia hay 10 millones de pobres. La minoría de etnia gitana está entre las más excluidas de toda la población nacional. Pedir limosna es la única forma de ingresos de miles de personas para no morir de hambre».

La dirección del supermercado se defiende con que la familia gitana que pide habitualmente limosna ante el supermercado está allí desde hace tres años y «aleja a los clientes, que se molestan por la insistencia en la mendicidad; hacen nuestro horario de trabajo y, cuando se van de vacaciones, mandan a otros parientes a sustituirles, amenazando a otros que se acercan también a pedir limosna».
En relación con la cifra de 60-80 euros, la dirección del supermercado afirma que es «cierta», porque al final de la jornada los gitanos vienen a las cajas para pedir que se les cambie las monedas por billetes». Finalmente, el supermercado rechaza la acusación de racismo: «No somos racistas. Queremos simplemente tutelarnos. Nuestra iniciativa quiere ser un estímulo para el debate, y esperamos que quien puede hacerlo actúe para hacer respetar las leyes».

 
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