Las rehenes habrían cambiado de captores en tres ocasiones, antes de ser entregadas a los yihadistas.(foto)
Italia vive horas de ansiedad por la suerte de dos cooperantes, Vanessa Marzullo, de 21 años, y Greta Ramelli, 20, secuestradas el 1 de agosto en Alepo (Siria), donde trabajaban en proyectos humanitarios. Todos los medios destacan que crece el temor por Vanessa y Greta, sobre todo tras el bárbaro asesinato del periodista estadounidense Jim Foley por parte de los terroristas del autoproclamado Estado Islámico (EI).
En su primera página, el diario 'Corriere della Sera' afirma que el gobierno italiano juega una doble partida desde hace semanas: por un lado, armar a los kurdos para detener la avanzada de los fundamentalistas; y por otro, negociar con los terroristas para liberar a las dos cooperantes en manos del Estado Islámico. Las rehenes habrían cambiado de captores en tres ocasiones, antes de ser entregadas a los yihadistas.
Las noticias en manos de la diplomacia italiana y de sus servicios secretos aseguran que las jóvenes están bien. Pero se mantiene la máxima discreción porque las negociaciones han entrado en una fase dificilísima que puede alargarse durante semanas. En consecuencia, el gobierno italiano ha elegido el silencio absoluto.
¿Pagar o no pagar a los terroristas?
En general, la política que ha seguido el gobierno italiano en casos anteriores ha sido la de negociar y pagar el rescate. En algunos medios se habla hoy abiertamente de que Italia negocie y pague a los terroristas por la liberación de las dos cooperantes. A este respecto, el Corriere precisa: «Se están moviendo los servicios secretos que negocian la vida de los secuestrados y, en particular, la de las dos jóvenes cooperantes. Una actividad desempeñada en colaboración con los servicios secretos de otros Estados implicados, que históricamente tiene una posición de fuerza en Medio Oriente, como los franceses, los belgas y los holandeses. La gestión de los secuestros del enviado de La Stampa Domenico Quirico y de los reporteros de Rai News que se produjeron en Siria el año pasado han permitido a Italia activar fondos que pueden revelarse útiles también ahora».