La muerte y la desolación llegó a la India y a Pakistán. Al menos 300 personas han muerto por las inundaciones que azotan el norte de la India y el este de Pakistán. Los equipos de rescate trabajan contra reloj para salvar y evacuar a miles de personas cuyos hogares, en algunos casos, han quedado bajo el agua.

Las Fuerzas Armadas de la India desplegaron más de 850 militares en la región, al menos 26 helicópteros, alrededor de una veintena de aviones y decenas de lanzas para colaborar con la Policía y los servicios de emergencias en las operaciones de rescate.
En la India, el Ejército del país asiático facilitó ayuda médica a unas 3 mil personas, comida a alrededor de 3,500 y refugio a cerca de 2 mil en el estado norteño de Jammu y Cachemira, según informó a través de su cuenta oficial en la red social Twitter.
Miles de aldeas están anegadas y la cifra de fallecidos es de al menos 160, según fuentes oficiales citadas por medios locales.
El primer ministro visitó durante esta jornada las zonas afectadas y anunció que el Gobierno aportará una partida adicional de 10 millones de rupias (166.000 dólares) a los fondos estatales para catástrofes con destino a las zonas afectadas, de acuerdo con un comunicado del Ejecutivo indio.
Modi también avanzó que esta noche serán enviadas vía aérea medicinas y el Ejército recibirá mañana otras 5 mil tiendas de campaña, además de que está previsto suministrar a los afectados 100 mil mantas y 50 toneladas de leche en polvo para los niños.
El Gobierno proveerá también a las zonas afectadas, que desde hace días permanecen sin suministro eléctrico, de unas 2 mil lámparas solares y de equipos técnicos para restablecer las telecomunicaciones y reparar los puentes y carreteras dañados.
En Pakistán, en la localidad de Punyab, 103 personas fallecieron por el derrumbe de casas, inundaciones y electrocuciones como consecuencia de las fuertes lluvias, dijo una fuente de los equipos de rescate al diario local Dawn.
Otras 48 personas perdieron la vida en la Cachemira paquistaní y 11 en la provincia de Gilgit-Baltistán, aseguró a este medio el portavoz de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres, Ahmed Kamal, quien advirtió que la situación puede ser de "emergencia nacional".
Las inundaciones afectaron a cientos de aldeas y a decenas de puentes, entre otras infraestructuras, aunque el Gobierno aseguró ayer que habían quedado despejadas las principales vías de comunicación en las zonas afectadas.
Las lluvias ocasionaron graves daños en grandes ciudades como Lahore y Rawalpindi.
Numerosos ríos experimentaron crecidas excepcionalmente altas y el caudal sobrepasó las barreras de protección.
Las persistentes precipitaciones, habituales en el país en época de monzones, ya causaron a mediados de agosto diez muertos en la ciudad de Pesháwar, en el noroeste de Pakistán.
En agosto de 2013, las fuertes lluvias produjeron más de un centenar de muertos y afectaron a cerca de 400 mil personas en el país asiático, mientras que en 2012 hubo 450 fallecidos y casi cinco millones de damnificados.
Las inundaciones son habituales en el sudeste asiático en la época de más intensidad de las lluvias monzónicas entre julio y agosto, pero la fuerza de las tormentas de los últimos días ha sido mayor de lo normal en las zonas afectadas.
En junio de 2013, el estado de Uttarakhand, en el norte de la India, fue devastado por fuertes precipitaciones que acabaron con la vida de 580 personas y dejaron unos 5,700 desaparecidos.